El turismo rural es un concepto europeo que nació para dar nombre a ‘‘las actividades compuestas por una oferta integrada de ocio y recreación dirigida a una demanda cuya motivación principal es el contacto con el entorno autóctono y que potencia la interrelación con las sociedades”, sin embargo en Costa Rica fue adquiriendo su propia identidad, debido al rol asociativo, cooperativo, y definitivamente activo de las comunidades rurales en la gestión de recursos y cultura.
El caso costarricense por su marcada tendencia rural comunitaria merece ser visualizado.
El concepto que usualmente se ha manejado de turismo rural comunitario (TRC) opta por un turismo con fuertes bases asociativas en los espacios locales o regionales, definiéndose como “Experiencias turísticas planificadas e integradas sosteniblemente al medio rural y desarrolladas por los pobladores locales organizados para beneficio de la comunidad”
Con este fin se creó una Alianza para el Fortalecimiento del TRC que, entre otros aspectos, se caracteriza por Integrar a la población local en una actividad empresarial y distribuir equitativamente los beneficios, complementar y diversificar los ingresos de las familias promoviendo la conservación de la propiedad de la tierra por parte de pobladores locales
Un elemento importante que se potencia en la distribución de los ingresos es la forma de operación de las empresas asociativas, ya que además de participar económicamente a sus asociados, generan beneficios que en otras formas de organización no podrían ser desarrollados. Por eso el TRC más que una actividad turística, es un modelo de desarrollo local que se articula entre actores sociales generando múltiples beneficios.
En efecto, las empresas asociativas, sean asociaciones o cooperativas generan una red de vínculos sociales, políticos y económicos, donde el elemento primordial es la asociación de personas que se unen para satisfacer necesidades, predominantemente económicas. Siendo las personas el principal aspecto identificador y no necesariamente el capital social aportado, una persona es equivalente a un voto y la democracia es un valor esencial.