Las cooperativas son empresas, que desde el sector se autodenominan empresas sociales para marcar una diferencia de las sociedades comerciales, y a su vez se encuadran como entidades sin fines de lucro; es por esto que poseen características propias.
No buscan lucro, sino superávit para mantenerse y crecer como organización, pero también se distribuyen los excedentes entre sus asociados pero no por el capital invertido sino de acuerdo con las transacciones que cada uno realizó.
A su vez la Ley 20.337 rige para todos tipos de cooperativas de créditos, de vivienda y las pequeñas cooperativas de trabajo con seis asociados. Por lo tanto el trabajo que se debe hacer, es primero comprender las características generales para luego entrar en las particularidades de cada tipo y terminar con el análisis de la normativa general contable para que cada uno la aplique a su realidad.
Por lo general se trabaja el cooperativismo desde la Economía, la Sociología o el Derecho, pero la contabilidad tiene mucho que aportar; no sólo en una buena gestión sino que también un mal proceso contable puede generar una desfiguración del esquema cooperativo y todos los principios y valores se echan a perder.